Escuela de comercio número 21 D.E. 11 "Cap. H. Bouchard”
Trabajo práctico “Universalismo vs particularismo” (unidad 1)
Educación Cívica 3er año
Curso: 3ro 1ra TN- Año 2011
a- Leer atentamente la siguiente noticia
LA MUJER CONDENADA A MUERTE POR UN TRIBUNAL ISLAMICO
Salvan de morir lapidada a Safiya, la nigeriana acusada de adulterio
Un tribunal de apelaciones retiró los cargos. La campesina, muy pobre, analfabeta, divorciada y madre de cinco hijos, había sido condenada por supuesto adulterio con un hombre casado.
NAIROBI. AFP Y EFE.
Safiya Hussaini, la mujer nigeriana de 35 años, acusada en su país de "adulterio", no morirá lapidada, al haber sido ayer absuelta por un tribunal islámico del norte de Nigeria
Hussaini, una campesina muy pobre, analfabeta, divorciada y madre de cinco hijos, había sido condenada a morir lapidada por el supuesto "delito" de adulterio con un hombre casado. Paradójicamente, mientras ella se salvaba ayer de morir a pedradas, con el cuerpo enterrado hasta la cabeza, la Corte de un Estado islámico vecino al suyo dictaba la misma sentencia contra otra mujer.
Hussaini fue salvada por la presión mundial a su favor: su condena desató una ola de críticas de organismos internacionales, cadenas de e-mails y firmas solidarias. Ayer, el jefe del Tribunal de Apelación islámico del norteño estado de Sokoto, Mohammed Tambari-Uthman, anunció que fueron retiradas todas las acusaciones por "vicio de forma", ya que tanto la policía y el tribunal en primera instancia habían cometido errores procesales.
Safiya Hussaini, la mujer nigeriana de 35 años, acusada en su país de "adulterio", no morirá lapidada, al haber sido ayer absuelta por un tribunal islámico del norte de Nigeria
Hussaini, una campesina muy pobre, analfabeta, divorciada y madre de cinco hijos, había sido condenada a morir lapidada por el supuesto "delito" de adulterio con un hombre casado. Paradójicamente, mientras ella se salvaba ayer de morir a pedradas, con el cuerpo enterrado hasta la cabeza, la Corte de un Estado islámico vecino al suyo dictaba la misma sentencia contra otra mujer.
Hussaini fue salvada por la presión mundial a su favor: su condena desató una ola de críticas de organismos internacionales, cadenas de e-mails y firmas solidarias. Ayer, el jefe del Tribunal de Apelación islámico del norteño estado de Sokoto, Mohammed Tambari-Uthman, anunció que fueron retiradas todas las acusaciones por "vicio de forma", ya que tanto la policía y el tribunal en primera instancia habían cometido errores procesales.
Al escuchar la sentencia, Safiya alzó los brazos en señal de júbilo, sollozando, mientras su familia, amigos, abogados y simpatizantes con su caso se arremolinaban a su alrededor para felicitarla.
Desde su sede en Londres, la organización Amnistía Internacional, que junto a la ONG nigeriana "BAOBAB por los Derechos de la Mujer" bregó durante meses para salvarle la vida a Hussaini, emitió un comunicado en el que dio la "bienvenida" a la decisión del tribunal de Sokoto.
En octubre pasado, un tribunal islámico de Sokoto había condenado a Hussaini a morir lapidada por adulterio, al haber dado a luz a una niña fuera del matrimonio. La mujer debía cumplir la sentencia al terminar de amamantar a la bebé, llamada Adama, y que ya tiene unos 14 meses.
En un primer momento Safiya, que es tres veces divorciada, testificó que había sido violada, pero en una segunda declaración no mencionó el acto de violencia. Después, dijo que el padre de la niña era su vecino, Yakubu Abubakar, quien tiene dos esposas y varios hijos. La justicia de Sokoto utilizó como "prueba" de su delito, la evidencia física de la bebé, siendo Safiya divorciada. También la palabra del supuesto padre, quien en su confesión se desdijo, fue absuelto y está desaparecido.
La postura de Safiya cambió cuando en enero sus abogados alegaron que el padre de Adama es en realidad su último marido, Yusuf Ibrahim, del que se divorció hace dos años y con el que había mantenido relaciones sexuales consensuadas.
El drama de Safiya se enmarca en las tensiones sociales que vive hoy Nigeria, un país de 120 millones de habitantes. El fin de la dictadura de Sani Abacha, en 1999 reavivó los enfrentamientos entre el norte, habitado por una mayoría musulmana, y el sur, por cristianos y animistas.
Desde hace dos años, en Sokoto, como en otros 12 de los 36 estados nigerianos, rige la ley coránica (o "sharía"). Se trata de una cruzada moralizadora aplicada por los jefes regionales. Para la sharía (una rígida interpretación de los textos sagrados del islam), una mujer divorciada es adúltera si mantiene relaciones sexuales sin volver a casarse. La lista de delitos es en realidad muy vasta y los castigos muy crueles.
Reaccionando a las presiones, el gobierno del presidente Olesegun Obasanjo declaró la sharía inconstitucional. Y por medio del ministerio federal de Justicia notificó a los estados donde ésta se aplica que violaban la Constitución, que prohíbe la discriminación religiosa o sexual.
Desde su sede en Londres, la organización Amnistía Internacional, que junto a la ONG nigeriana "BAOBAB por los Derechos de la Mujer" bregó durante meses para salvarle la vida a Hussaini, emitió un comunicado en el que dio la "bienvenida" a la decisión del tribunal de Sokoto.
En octubre pasado, un tribunal islámico de Sokoto había condenado a Hussaini a morir lapidada por adulterio, al haber dado a luz a una niña fuera del matrimonio. La mujer debía cumplir la sentencia al terminar de amamantar a la bebé, llamada Adama, y que ya tiene unos 14 meses.
En un primer momento Safiya, que es tres veces divorciada, testificó que había sido violada, pero en una segunda declaración no mencionó el acto de violencia. Después, dijo que el padre de la niña era su vecino, Yakubu Abubakar, quien tiene dos esposas y varios hijos. La justicia de Sokoto utilizó como "prueba" de su delito, la evidencia física de la bebé, siendo Safiya divorciada. También la palabra del supuesto padre, quien en su confesión se desdijo, fue absuelto y está desaparecido.
La postura de Safiya cambió cuando en enero sus abogados alegaron que el padre de Adama es en realidad su último marido, Yusuf Ibrahim, del que se divorció hace dos años y con el que había mantenido relaciones sexuales consensuadas.
El drama de Safiya se enmarca en las tensiones sociales que vive hoy Nigeria, un país de 120 millones de habitantes. El fin de la dictadura de Sani Abacha, en 1999 reavivó los enfrentamientos entre el norte, habitado por una mayoría musulmana, y el sur, por cristianos y animistas.
Desde hace dos años, en Sokoto, como en otros 12 de los 36 estados nigerianos, rige la ley coránica (o "sharía"). Se trata de una cruzada moralizadora aplicada por los jefes regionales. Para la sharía (una rígida interpretación de los textos sagrados del islam), una mujer divorciada es adúltera si mantiene relaciones sexuales sin volver a casarse. La lista de delitos es en realidad muy vasta y los castigos muy crueles.
Reaccionando a las presiones, el gobierno del presidente Olesegun Obasanjo declaró la sharía inconstitucional. Y por medio del ministerio federal de Justicia notificó a los estados donde ésta se aplica que violaban la Constitución, que prohíbe la discriminación religiosa o sexual.
b- Responder:
1- ¿Cómo se refleja la controversia entre universalismo y particularismo (o relativismo) en el caso de Safiya?
2- ¿Cuáles son los Derechos Humanos violados en éste caso?
3- ¿Creen qué existe alguna forma de compatibilizar las ideas del universalismo de los derechos humanos con las particularidades de la aplicación de la sharía en éste caso?
